En el actual contexto, la estrategia comunicacional que se adopte es esencial en el éxito o fracaso de la gestión. Entonces, ¿por qué no adoptar aquellos modelos que frente al mismo hecho están dando resultados?
Nadie inventa la rueda, solo basta analizar fríamente qué se quiere lograr, a quién queremos influenciar y qué canales usaremos. Finlandia es un caso digno de comentar. El gobierno, en conjunto con una consultora top en su área, desarrollaron una estrategia para llegar a todos los segmentos de la población, alinearlos en las medidas implementadas y aplanar la curva.
Para esto, se sumaron a los tradicionales medios de comunicación, TV y prensa, canales digitales y específicamente RRSS para abordar a los jóvenes y los no tanto. Para asegurar “llegar” con las recomendaciones sanitarias y cambiar conductas se enrolaron a 150 influencers, líderes de distintos grupos. El resultado es comentado por todo el mundo.
Otro tanto hizo Argentina, quien anticipándose a la crisis lanzó un chatbot vía Facebook (76% de la población lo usa en ese país) y paralelamente una app para entregar información en línea, veraz y confiable a todos los argentinos. En ellas, las personas pueden consultar las 24 horas del día.
Analizar, establecer objetivos y públicos, definir canales y ejecutar. Suena fácil, pero lamentablemente no todos logran hacerlo bien. Un gran aprendizaje nos deja el #Coronavirus a quienes trabajamos en comunicaciones.
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