Los impactantes avances que ha registrado la inteligencia artificial (IA) en los últimos años han hecho que muchos se cuestionen si llegará el momento en que los humanos seremos reemplazados en nuestras tareas diarias.
Y la comunicación no ha sido la excepción. Hemos visto herramientas como el ChatGPT, un modelo de Inteligencia Artificial de procesamiento lingüístico que tiene como principales funciones generar y traducir textos, dar respuestas concretas a las preguntas hechas por los usuarios, entre otras.
Respecto a esta inquietud, el propio ChatGPT nos respondió: “la inteligencia artificial tiene un impacto significativo en las comunicaciones en varios aspectos”...”puede ayudar a los periodistas en la recopilación y análisis de grandes cantidades de datos, lo que puede facilitar la investigación y la identificación de tendencias. Puede ayudar en la clasificación y filtrado de información, así como en la automatización de tareas rutinarias como la transcripción de entrevistas o la traducción de idiomas, permitiendo a los periodistas dedicarse a tareas más creativas y analíticas. Además, la IA también puede ser útil en la verificación de hechos y la detección de noticias falsas”.
¿Todo este impacto es finalmente una amenaza para la labor de los periodistas y comunicadores? Creo que no. El tema va más en cómo nosotros adoptamos esta tecnología y aprendemos de ella.
Este asistente virtual no tiene conciencia ni puede tener conversaciones reales como lo haría un ser humano. Y ahí está la clave. Podemos incorporar la IA como una buena herramienta, siempre considerando que la última palabra provenga de la inteligencia humana.
Son los periodistas quienes tenemos las herramientas comunicativas para generar los prompts (indicaciones que se le da a la inteligencia artificial para que realice una determinada acción), ya que para dar estas instrucciones es necesario tener conocimiento de la sutileza del lenguaje y habilidades que poseen los comunicadores.
Es importante que estemos conscientes de las capacidades y limitaciones de la IA, y nos adaptemos a los cambios en la industria de manera que podamos seguir desempeñando nuestro rol en la sociedad, aportando con información confiable y análisis crítico.
Si usamos nuestra inteligencia para potenciar nuestras capacidades y conocimientos, lo que puede resultar es una interesante colaboración entre periodistas y sistemas de IA, que puede traducirse en una combinación poderosa para enfrentar los desafíos actuales en el campo de las comunicaciones. Quiero pensar que las mejores experiencias surgirán de la colaboración entre humanos y máquinas, y no de reemplazar unos por otros.
Ana María Matulic
Socia Directora Headline Comunicaciones
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