Ya es momento de naturalizar el hecho de que las mujeres se desarrollen laboralmente en el mundo de la minería.
En los últimos años se ha registrado un ingreso masivo de mujeres al rubro, no solo en empresas mineras, sino también en proveedoras de la cadena de valor principal.
En efecto, solo entre 2022 y 2023, la dotación femenina en la minería aumentó de un 15,2% a un 18%, de acuerdo con el Monitoreo de Indicadores de Género de la Alianza CCM-Eleva, ligado al Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena.
Hoy suena a añeja la normativa que prohibía a las mujeres el ingreso a las faenas mineras, y que fue derogada en 1996 (Ley N° 18.620 del Código del Trabajo). Las mujeres están presentes en todas las áreas mineras, incluyendo ingeniería, logística, gestión y operaciones.
La minería aporta en torno al 12,4% del PIB de Chile, de acuerdo con la Sociedad Nacional de Minería, SONAMI. Y las mujeres, cada vez más preparadas profesionalmente, han contribuido al éxito de la industria.
Asimismo, la minería ha sido un factor clave en el desarrollo de las mujeres. De hecho, las principales motivaciones para trabajar en la industria son el acceso a una mejor calidad de vida, crecer profesionalmente y obtener beneficios económicos, según los hallazgos de una encuesta realizada por Women in Mining a 1.367 trabajadoras del rubro.
Hoy, las mujeres irrumpen de manera poderosa, impulsando enormes transformaciones, llevando a las empresas a implementar, por ejemplo, baños de mujeres en las faenas, adquirir vestuario e implementos de seguridad acorde a su talla, considerar la conciliación de trabajo y familia en todos sus procesos, además de cambiar las perspectivas en el reclutamiento y desarrollo de carrera.
Esto es sin vuelta atrás.
Comments